ENSAYO DE ROSARIO MORENO
PRESENCIA DE LA MUJER EN LA MÚSICA CUBANA
“Cuba es música.” Nuestra historia musical es de tambores, guitarras, campanas y armonía porque somos del Caribe y la música es parte integral de nuestra expresión. Nuestra gente es animada, sagaz, apasionada, pero sobre todo musical. ¡Flores, flores! Ahí vienen las jardineras vienen regando flores, dice la comparsa, mientras a Prado y Neptuno iba una chiquita que todos los hombres la tenían que mirar y el “Cuini” tiene bandera.
Por nuestras venas corre el son, la rumba, la guaracha y el danzón, aunque tú me hayas echado en el abandono, yo me pusiera a descubrir un nuevo descubrimiento, o la mujer de Antonio camine como camine. La poesía musical es parte de nuestra existencia porque en el lenguaje misterioso de tus ojos hay un tema que reclama sensibilidad. Y si entre todas las cosas del mundo, no hay nada primero que tú, te he pedido perdón con el
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pensamiento. El amor y la música van de la mano, porque hoy como ayer yo te sigo queriendo mujer y esta tristeza se niega al olvido como la penumbra a la luz.
La tradición musical cubana es una joya donde está de fiesta la imaginación. En ella afloran todas esas cosas que son maravillosas y hacen sentir ese alivio que rompe las cadenas cuando más lo necesitamos. La música es la expresión de la esencia misma, del corazón que olvidaste mi consejo porque a veces hay que sufrir, del arrullo de palmas en la llanura y de la negra Tomasa. Y como busco siempre la participación activa de la mujer en todas las facetas de nuestra historia, quise indagar para no conformarnos con el título pasivo de musas inspiradoras. Aunque ser musa es una posición favorecida. Sin inspiración no existe la magia que origina la poesía.
La primera referencia sobre la mujer en la historia musical cubana, fueron Teodora y Micaela Ginés, dos negras libertas en Santiago de Cuba que llegaron de La Hispaniola en 1580. Las hermanas Ginés acompañaban a un andaluz del mismo apellido con el Son de la Ma Teodora, que aunque emanaba de una melodía extranjera, es eminente porque en él se reconoció la participación de las hermanas en la música de aquella época.
La próxima cita de la mujer en nuestra música, la encontré durante la primera mitad del siglo XVIII, también en Santiago de Cuba, en la familia de doña Bernarda Rodríguez de Rojas, que tocaba el arpa, y su hija Juana que era cantante y violinista.
La energía del patrimonio español, con la nobleza del continente africano, erigieron una generosa maniobra musical en nuestro país. Aunque desde el punto de vista de la armonía y de la forma, se dice que la música cubana no proyectó nada original, creó desde la perspectiva rítmica, un profundo inventario de rasgos identificables que han recorrido el mundo. ¿Quién no ha escuchado Siboney, Siempre en mi Corazón, o Quizás, quizás, quizás hasta dentro de un elevador?
Las mujeres africanas, durante cuatro siglos, aportaron a nuestra rica mezcla demográfica, sus cantos y danzas sensuales que estimulaban y provocaban a la mayoría. Las “clarinas” iniciaron la “cubanización” de la música en la segunda mitad del siglo XIX. Atraído por la voluptuosidad de la armonía, que emanaba de los barrios marginales de La Habana y Santiago de Cuba, el pueblo se acercaba y descubría mujeres en coros de clave y tambores. Más tarde, ellas fueron las figuras centrales de las comparsas.
Durante el siglo XIX y en los alrededores de Pinar del Río, La Habana y Matanzas, nace la rumba. La palabra de origen africano, se identifica con fiesta, parranda, celebración bailable con cantos dramáticos e inquietantes acompañados por tambores. Si se escucha cualquier rumba con atención, se puede oír el quejido de la raza, por todo lo que le arrebataron: “Sepárate mujer, suelta esa reja, analiza tu disfraz que mal te queda,” ”no la llores más, su lengua la mató, a esa conversadora ay enterrador no la llores,” o “Unión de Reyes llora porque Malanga murió.” También se escucha la influencia del catolicismo, siempre echándole la culpa de sus males a la mujer, exponiendo la mente del opresor en la actitud del oprimido.
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La evolución recibe al Siglo XIX con una música bailable totalmente nuestra, distinta de los estándares europeos de las obras de Cervantes y Saumel (1847-1905). El son fue uno de esos primeros estilos musicales que se considera genuinamente cubano. Nace a fines del Siglo XVIII en las montañas de Oriente, porque sus cantantes son de la loma y cantan en llano.
Al señalar la música durante el Siglo XIX, no puedo dejar de mencionar a María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo (1781-1852), la Condesa de Merlín, una mujer singular que fue amada por José Bonaparte y discípula del Maestro Goya. Su casa de París fue uno de los centros de la cultura musical e intelectual de la época, donde presentó varias veces al ilustre violinista y contrabajista cubano Claudio Brindis de Salas (1800-1972), compositor de la opereta Congojas matrimoniales. Brindis de Salas fue expulsado de Cuba por el gobierno de O’Donnell por estar implicado en La Conspiración de la Escalera. Como dato sociológico es importante agregar que Brindis de Salas (así como José White y Lico Jiménez, a quien me refiero más adelante) eran músicos mulatos y negros, que tuvieron carreras de gran relevancia global. Sus poderosas calidades musicales triunfaron traspasando los prejuicios raciales y monetarios de la época.
La Condesa de Merlín, amiga de George Sand y Víctor Hugo, con una magnífica voz de soprano, cantó óperas a dúo con su amiga María Felicia García, “La Malibrán,” para Chopin, Liszt, Rossini y otros grandes de la época. La Condesa de Merlín fue una escritora convincente, demostrándolo en su extraordinario ensayo “La Habana,” cartas a Europa durante su regreso a Cuba después de varios años de ausencia. Esta obra presenta el punto de vista de una mujer de avanzada, de gran amplitud mental y sensibilidad.
En el siglo XIX sobresalió también Catalina Berroa Ojeda (1849-1911), instrumentista, maestra, compositora, y directora de orquesta. Durante el último cuarto del siglo XIX y principios del XX, Catalina Berroa dirigió la capilla musical de la Parroquia Mayor de Trinidad. También fue la formadora de talentos musicales de esa zona, entre ellos su sobrino José Manuel (Lico) Jiménez (1855-1917). Ella tocaba ocho instrumentos, pero sobresalió en el órgano. Compuso mayormente música sacra plasmando entre sus creaciones populares La trinitaria, una de las primeras habaneras que se compusieron.
La hija del instrumentista del Siglo XIX Fernando Arizti, fue otra señora trascendental que hay que mencionar en la música de ese siglo. Cecilia Arizti (1856-1930), pianista y compositora, tuvo como profesor, además de su padre, al más destacado pianista y compositor de mediados de siglo, Nicolás Ruiz Espadero.
Ana Aguado, más conocida como “La Calandria” (1866-1921), fue una insuperable cantante y pianista, que paseó la música cubana por el mundo. Ella fue enaltecida repetidas veces por José Martí, debido a sus esfuerzos por la independencia de Cuba.
La influencia española en la Cuba colonial nos hace recordar el tiempo feliz que fugaz ya voló, trayendo la zarzuela a nuestras costas. Algunos de nuestros compositores de mayor importancia componen obras como María la 0 de Ernesto Lecuona, Cecilia Valdés
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Gonzalo Roig y Amalia Batista de Rodrigo Prats, todas inspiradas en mujeres.
La tradición de las emigraciones de franceses y haitianos en la segunda mitad del siglo XVIII, inspiraron la creación del danzón, que tiene su origen en la contradanza francesa. Miguel Faílde (hijo de un andaluz con una negra liberta) estrena el primer danzón Las Alturas de Simpson en el Liceo de Matanzas, un 1ro de enero de 1879. En 1929, desde matanzas ha llegado un nuevo baile de salón, con el compás muy bien marcado que viene del danzón: Aniceto Díaz estrena su danzonete, del que surgiría su única "Emperatriz", nuestra querida Paulina Alvarez, quien lo interpretó hasta su muerte con el más exacto sentido de la clave y una voz poderosa que nunca necesitó amplificación.
Y no hay que olvidar que el son es lo más sublime para el alma divertir. Cuando comienza el siglo XX, brotan los trovadores por todas partes. A mi me gusta mucho Carola, el son de altura, pa´ que lo bailen, con sabrosura… cantan en los cafés al aire libre, en las matinés de los cines antes de empezar la película y en restaurantes mientras la gente cena o almuerza. De esa época recordamos a Angelita Bequé, Mercedes Borbón, y sobre todo a la que raramente no venía de Oriente, como casi todos los trovadores: María Teresa Vera, la pinareña de Vueltabajo, que más tarde llegó a ser uno de los símbolos de la trova. A dúo con Rafael Zequeira, grabó piezas imperecederas de Manuel Corona como Longina y Santa Cecilia. Luego se unió a Ignacio Piñeiro, del Sexteto Occidente, más tarde el Sexteto Nacional. Después, formó un dúo con Lorenzo Hierrezuelo que alcanzó grandes éxitos, interpretando sus propias composiciones: Con que tristeza miramos un amor que se nos va, es un pedazo del alma que se arranca sin piedad.
Cuando las mujeres dirigían los conservatorios de la época, surge María Jones de Castro (1895- 1963), pedagoga, pianista e instrumentista y concertista. Su gran habilidad en anatomía musical, disciplina que conecta las manos, el cerebro y el corazón con la práctica del piano, la hicieron destacarse. Ella escribió Leyes científicas aplicadas a la enseñanza del piano (1957), libro que estableciera los textos más progresistas en la enseñanza del piano. Muchos años antes de publicar, María Jones de Castro creó el Conservatorio Internacional de La Habana, hoy Conservatorio Manuel Saumel, del cual fueron profesores íconos musicales como Elisa Espinosa, Margot Rojas y Gloria Anne Hollis.
En la primera mitad del siglo XX la mujer se desdobló extraordinariamente en la música cubana. El 10 de octubre de 1922, con la primera transmisión de radio en La Habana, aparece Rita Montaner, una pianista graduada que prefirió cantar. Ernesto Lecuona la capta en 1926 de las Follies Schubert, para su zarzuela Niña Rita. Rita “la única”, cosechó grandes éxitos en París, Estados Unidos, México y España. Cantó las zarzuelas María La O y Cecilia Valdés y actuó en la primera película sonora cubana, Sucedió en La Habana (1938).
¿Y quien no recuerda a la musa inspiradora de aquel son que Chavela Vargas popularizó de nuevo recientemente? El son de La Macorina, sobre esa fabulosa mujer controversial, adelantada a sus tiempos, que fue la primera cubana que obtuvo licencia de conducir y se
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paseaba por La Habana en su “carro colorado”, cuando todos anhelaban que ella les tocara.
La era de Damisela encantadora, damisela por ti yo muero… nos trae en la década de los 30 a la diva que se convertiría en una de las intérpretes por excelencia del Maestro Lecuona: Esther Borja, que hizo su propia creación de Damisela encantadora. Estudiosa de la música, igual que Rita Montaner, Esther tenía un talento afinado para absorber la finalidad de cada canción. Esther interpretó todas las canciones de Ernestina Lecuona, hermana mayor y primera maestra de piano de Ernesto, y compositora de piezas inolvidables, ya que te vas y me dejas con este gran dolor, ya que vas y destrozas mi vida y mi amor. Una prima lejana de Ernestina y Ernesto, Margarita Lecuona, fue igualmente autora de temas muy divulgados como Tabú y Babalú. Otra compositora que cabe mencionar aquí es Corita Sánchez Agramonte, que se inspiró en la belleza de nuestros campos.
El Maestro Ernesto Lecuona formó a muchas cantantes de nuestra tradición musical como María de los Angeles Santana, Luisa María Morales, Hortensia Coalla y Caridad Suárez. La música cubana se enriquecía con voces extraordinarias que cantaban ópera: Carmelina Santana, Zoila Gálvez, Carmelina Rosell y Margarita Horruitinier. Estas dos últimas más tarde fueron profesoras de los géneros lírico y popular.
Se lanzaron también en esta época Tomasita Núñez, Zoraida Marrero y Blanquita Becerra en la radio; la pianista y compositora María Cervantes, hija del gran pianista Ignacio Cervantes, y la musicalizadora de radio Conchita Nogara.
En 1938 surgen Celia Cruz, Anolán Díaz (madre del cantante panameño Rubén Blades), Rosita Fornés, Las Hermanas Lago, Las Hermanas Martí, Aurora Lincheta, Elsa Valladares, y muchos otros valores del programa La Corte Suprema del Arte. En esta década aparecen orquestas propias de La Habana, integradas exclusivamente por mujeres, que tocaban en los aires libres de Prado, cerca de la Acera del Louvre. Las más cardinales fueron la Anacaona, de Conchita Castro, y la Ensueño, de Guillermina Foyo. También se dejaron ver varias orquestas con mujeres como cantantes principales: La Elegante, con Paulina Alvarez (emperatriz del danzonete), la Sonora Matancera con Celia Cruz, La Orquesta de Ernesto Muñoz, con Elena Li, y La orquesta Siglo XX, con Dominica Verges. A fines de la década del cuarenta, Estrellas Negras de Rayito de Sol fue muy famosa en Cuba. Y no hay que olvidar a Las Hermanas Márquez, que recorrieron América cantando sones cubanos por aquella época y que Paquito D’Rivera rescataría afortunadamente para los que las disfrutamos en el Siglo XXI.
Pero ¿y el Punto Guajiro? La rara mezcla de campiña cubana con cante jondo, surge como estilo musical de las comunidades rurales logrando su identidad nacional a mediados del siglo XVIII. Ese Punto Guajiro o Punto Cubano, que tocamos con Guitarra, Tres, Laúd, Clave, Güiro, Guayo y Triple, desciende nada menos que de Islas Canarias. La guajira original El arroyo que murmura y que la luna retrata, de Jorge Ankerman (1877-1941), comienza el género de Guajira, con testimonios campesinos cantados poéticamente con el modelo de la décima. Desde principios del Siglo XX se escucharon
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las voces y guitarras de Isabelita Montané y luego del dúo Voces del Caney, de Dulce María Ibar (voz prima), y la guitarrista Mirta Bell (voz segunda). En la segunda mitad del siglo ¿quién no recuerda a Coralia Fernández, cantando con Ramón Veloz? ¿O a Celina González cantando con Reutilio? Y más recientemente a Seve Matamoros, hija del legendario Miguel Matamoros. Albita Rodríguez comenzó con música campesina y demostró desde antes de sus días en el Centro Vasco, que es tremenda sonera como lo son las tres mujeres que formaban su grupo, especialmente la flautista Mercedes Abal.
En cuanto a agrupaciones vocales, en 1931 María Muñoz de Quevedo funda la Coral de La Habana y veinte años después, con la llegada de la televisión, nació el Coro de Cuca Rivero en CMQ. En 1931 Pro-Arte Musical crea la Escuela de Ballet, donde estudió y enseñó Alicia Alonso, quien en 1948 fundó el Ballet de Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba.
Entre las pianistas más acreditadas están las dos Zenaidas: Zenaida Romeu y Zenaida Manfugás, Numidia Vaillant e Ivette Hernández, y entre las compositoras, Isolina Carrillo (pianista, arreglista y autora de Dos Gardenias), Lily Batet, Olga de Blank, Celia Romero, y Gisela Hernández. Aquí cabe mencionar por sí misma a una de las grandes, con un talento muy específico para arreglar: la memorable Aida Diestro, fundadora del irrepetible Cuarteto D’Aida, de donde salieron cuatro intérpretes legendarias: Elena Burke, Moraima Secada, Omara Portuondo y Haydée Portuondo, a esta última no se le escuchó cantar más después de su partida de Cuba, lo que fue una gran privación para todos los que residimos fuera de la isla. Pero lamentablemente, los artistas cubanos a principios del exilio, no tuvieron el respaldo que tiene un artista cuando están en su propio país, y muchos desviaron las que hubieran sido grandes carreras. Al salir la Burke y Haydée del cuarteto, se incorporaron dos voces mágicas con caras preciosas: Leonora Rego y Carmita Lastra, esta última emanaba de Las Mulatas de Fuego de Facundo Rivero.
En Ballet clásico, la mujer cubana sobresalió como bailarina y coreógrafa. Mirtha Plá, Josefina Méndez, Loipa Araújo y más tarde Rosario “Charín” Suárez, son de las más notorias. Nuestras rumberas pasearon por el mundo entero a través del cine mexicano en su época de oro: Rosa Carmina, Ninón Sevilla, Blanquita Amaro, Olga Chaviano, Norma Naranjo, Las Mulatas de Fuego y María Antonieta Pons, fueron las más famosas. Otras bailarinas como Elena del Cueto, Gladys González, Cristy Domínguez, y rumberas como Ana Gloria Varona y Sonia Calero, se destacaron en Cuba.
Las orquestas sinfónicas y de cámara fueron compuestas por mujeres también. Actualmente Zenaida Castro Romeu, directora de Camerata Romeu, hija de la pianista y profesora Zenaida Romeu, de la dinastía musical Romeo, y la compositora Tania León, una de las cubanas más ampliamente respetadas en el mundo de la música culta contemporánea, que ha dirigido la Orquesta Sinfónica de Bolonia, Italia, entre otras, ostentando una lista interminable de créditos.
Como cantantes líricas recordemos que la mezzo soprano Cheli Alfonso (en La Habana), cantó con figuras de la talla de Renata Tebaldi. Entre las más destacadas están Alba
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Marina, Estrellita Díaz, Margot Tarraza, María de los Angeles Rabí, Xiomara Alfaro, Maria Teresa Tolón, Blanca Varela, Ana Menéndez, María Remolá, María Marcos, Georgia Gálvez y la soprano Martha Pérez, que cantó en la Escala de Milán.
En géneros populares, la pequeña “Aché” del canto afrocubano Merceditas Valdés, brilló como cantante y compositora. También Teresa García Caturla, Caridad Cuervo, Malena Burke, Juana Bacallao y Albita Rodríguez fueron de las más populares del Siglo XX. Cuando llegamos al Bolero, cabe mencionar la inigualable voz de Renée Barrios, que además de profesora de música, es una excepcional pianista; a su reina Olga Guillot, a Blanca Rosa Gil “la muñequita que canta,” a Freddy, el gran descubrimiento de Humberto Anido, que con su potente voz duró poco pero dejó mucho, y a Gina León, Bertha Dupuy, María Luisa Güell y María Luisa Chorens. Pero también y muy individualmente a la gran Celeste Mendoza, que como Reina del Guaguancó fue una de las intérpretes dominantes del Bolero arrabalero (Para que sufras, Besos brujos, Soy tan feliz).
Cuando surgió esa forma única de decirlo y sentirlo, que es el “Filin” o feeling (aunque la mencioné en el contexto del Cuarteto D’ Aida), se configura en la presencia de la Señora Sentimiento al escucharse el eco de Un bosque, un río de perfume llenos, silencio, soledad, completa calma, libre de engaños y al dolor ajena… Elena Burke sintió el Bolero como nadie en todas y cada una de sus interpretaciones. También Moraima Secada rompió las cadenas y lo plasmó con todas las fuerzas de su alma en Alivio, y Doris de la Torre nos enseñó que la vida es un sueño y todo se va.
Compositoras de la talla de Ela O’Farrill (No tienes por qué criticar mi modo de vivir y Adiós Felicidad casi no te conocí) no se quedan atrás. Pero cuando se habla de compositoras cubanas contemporáneas, hay que reconocer una clase insólita que tal vez exista cuando está de fiesta la imaginación y colocar en su centro a la señora Martha Valdés, cuyas canciones, todas, son parte integral de la historia musical cubana contemporánea y de la vida de varias generaciones de latinoamericanos (En la imaginación, Palabras, Deja que siga sola, Aida, Tu dominas, etc. etc.).
No se puede hablar de la década de los sesentas sin mencionar intérpretes maravillosas que aunque no tuvieron la fama ni la fuerza de Elena Burke, también dejaron su huella imborrable en nuestros corazones: Vilma Valle, Ela Calvo, Marta Justiniani, Leonora Rego (la más sentida intérprete de Adiós Felicidad), el dúo de Las Capellas de Martha y Daisy, Martha Strada y las intérpretes y compositoras Lourdes Torres y Enriqueta Almanza. Sin pasar por alto una estrella que brilla en el cielo porque en la tierra brilló por sí sola, la mala más buena de todas: Guadalupe “Villilli” Yolí, más conocida por “La Lupe”, que fue precursora del “punk” en 1960, ya que siempre estuvo demasiado adelantada a los tiempos que le tocó vivir.
Para cerrar con broche de oro la década de los sesentas, no olvidemos a las “vedettes” que iluminaron las pistas de Tropicana, el Capri, El Caribe, El Copa Room y el Casino Parisién con su brillantez, como Rosita Fornés, Nelly Castell, Raquel Mata, Edelia Ferrer, Sonia Perla Gil, el Trío Las Pimpollos, Amparito Valencia y Martica Stincer. Ni a la cancionera Susy Ramos, desde su rincón oscuro en cualquier sótano de la Calle 23, o Tina y Cary, las mulatas sandungueras de cola de caballo del Trío Tropicuba, de donde mismo salió La Lupe. Todas ellas colorearon con ritmo y belleza la inolvidable bohemia habanera de una época insuperable.
Pero la música se siguió desdoblando trayendo en los setentas, ochentas y noventas, nuevos valores femeninos como Las Hermanas Diego, compositoras de La Loca, que la actriz cantante cubano-venezolana María Conchita Alonso popularizara, o Bamboleo y Arte Mixto, cuyas vocalizadoras son mujeres, y más recientemente la orquesta integrada sólo por mujeres Lady Salsa, que dirige Sonia Saavedra. La voz dramática de Cristina Rebull, Myriam Ramos, Alina Sánchez, Anya Linares, Argelia Fragoso y la singular cantautora Lucrecia, cuya Juana Tripita es más que genial. En la opinión de esta escritora, Lucrecia es lo más cercano al relevo de nuestra Celia que se ha producido en varias generaciones, vale decir que ella proviene del reemplazo joven de la Orquesta Anacaona. Tampoco olvidemos a Mayra Caridad Valdés, cuyo Como fue hace sonreír al Beny desde el cielo.
En Estados Unidos y Puerto Rico han surgido también algunas mujeres en la música cubana, como las compositoras Concha Valdés Miranda, Martha Quesada y la doctora Nildé Peraza en música popular, la cantautora Marisela Verena en música de protesta y por supuesto, Tania León, a quien mencioné anteriormente, y está considerada como una de las principales compositoras de música erudita. Entre las cantantes cubanas que surgieron fuera de Cuba, las más destacadas son Lisette (hija de los amados Olga y Tony), y Gloria Estefan, una de las primeras en atravesar barreras culturales. Delia Díaz de Villegas, Vicky Roig y Flor de Loto están también en la lista.
Hace años se distinguió una cantante que hoy es una conocida personalidad radial, Susy Lemán, cuyo dúo con Meme Solís debiera producirse aunque sea de Pascuas a San Juan para nuestra complacencia, y por supuesto, las chicas de Meme, que se asoman de vez en cuando en sus conciertos. La joven cantante “Lena”, hija de Malena y nieta de la matriarca de la dinastía Burke, es la más joven de las cantantes cubanas cosechando éxitos en el Mercado Hispano Internacional con su nuevo disco, y otra que hay que seguir de cerca es a la cantante y compositora Leslie Cartaya, cuya voz es capaz de cautivar a cualquier audiencia.
Todas estas mujeres, desde Las Hermanas Ginés hasta Lena Burke, con su formidable talento, voces colosales y gran sensibilidad, compositoras, intérpretes, músicos, profesoras, bailarinas, más otras muchas que desconozco pero que estoy segura vienen por ahí, han contribuido al desarrollo del caudal musical que es nuestro tesoro. Para todas ellas y alguna que otra que me faltara por mencionar, un interminable aplauso, silencioso porque es de los que nacen como la melodía, de lo hondo de mi corazón. Gracias por su contribución a la armonía del universo.
Saludos,
Leonor
Traductora italiana.
Abrazos virtuales.
hoy día, u hoy en día. 1. locs. advs. En esta época, en estos días que vivimos. (DRAE 2001)
Saludos cordiales.
Anaté
Muchas gracias por el comentario tan agradecido: ese es el mejor pago que yo pueda recibir (no hay nada que comprar en el blog, así que nada se paga).
Hago el blog en mis ratos libres, y ahora estoy sin un minuto volcada en la investigación, así que espero tener tiempo en verano para revisar ese apartado que no os queda claro.
Que vayan muy bien esa disciplina científica tan interesante. En relación con ello, no sé si os interesa este otro blog que estoy haciendo en mis ratos libres, del etonomusicólogo José Moltó, sobreMúsica popular de tradición oral, el mal llamado floklore. Vedhttps://pepemolto.wordpress.com/ y sobre todo el apartado de vídeos donde podéis oir cómo suenan esos idiófonos y otros instrumentos
Saludos cordiales y muchas gracias.
Agradezco también los demás comentarios de los lectores,que aprovecho para citar aquí.
Leonor Zozaya.
Yo estoy desbordada y sin tiempo, volcada en mis labores de historiadora, pero acaso Alberto Bustos imparta clases particulares o sepa quién las da. Ha de haber forma de loalizarle enhttp://blog.lengua-e.com/
No lo conozco personalmente pero su blog es magnífico, me encanta su trabajo.
Saludos y gracias
Muchísimas gracias, me alegra muchísimo leer ese comentario, María, y por supuesto me alegra que el blog sea de ayuda.
Abrazos
Muchísimas gracias por ese mensaje tan bonito. Es especialmente bello para mí porque mi bisabuelo Antonio Zozaya (haciendo clic aquí hay un artículo sobre él) fue uno de aquellos inmigrantes, un pensador al que gracias a su política de aceptación pudo vivir los últimos años de su vida en México, sin ser perseguido por sus ideas de librepensador.
Muchísimas gracias y abrazos virtuales
Actualmente me encuentro escribiendo un libro y uno de mis mayores temores es el abuso de las comas pues las utilizo cada vez que creo necesaria una pausa, además me falta investigar acerca del uso del punto y coma, se que es fundamental el conocimiento de la correcta escritura para la labor que me encuentro desarrollando, los consejos y reglas que expuso aquí -repito- me han sido de gran utilidad, gracias de nuevo.
muchísimas gracias por esas bonitas palabras.
Viendo tu estilo, si dudas del uso de las comas y abusas de ellas, cada vez que quieras hacer una pausa y no sepas si poner por el punto…. prueba con el punto, y si funcional la frase, déjalo con el punto (¡mejor frases cortas y sencillas!).
El escrito está bien redactado, pero si fuese yo quien tuviese que escribirlo, haría los siguientes cambios (las explicaciones están en el blog, en el uso de cada elemento:
Actualmente me encuentro escribiendo un libro, y uno de mis mayores temores es el abuso de las comas, pues las utilizo cada vez que creo necesaria una pausa. Además, me falta investigar acerca del uso del punto y coma. Sé que es fundamental el conocimiento de la correcta escritura para la labor que me encuentro desarrollando. Los consejos y reglas que expuso aquí -repito- me han sido de gran utilidad, gracias de nuevo.
Un fuerte abrazo virtual.
según publiqué (http://redaccion.hypotheses.org/484), quedan suspendidas las respuestas gratuitas en el blog,
Muchas gracias, saludos cordiales
leonorzozaya@gmail.com
según publiqué (http://redaccion.hypotheses.org/484), quedan suspendidas las respuestas gratuitas en el blog,
Muchas gracias, saludos cordiales
leonorzozaya@gmail.com
Depende de a quién se vaya a entregar el texto… porque en un examen ambas soluciones pueden ser factibles, si el docente está de acuerdo… mejor es preguntar a quien va a recibir el texto que qué prefiere.
De nada
Saludos
Sí, es erróneo
A mí me suena fatal empezar con número; sobre todo, si escribes un texto de esas características (y no es una estadística ni un tweet),puedes desarrollar la cifra. Yo al menos lo recomiendo vivamente.
De nada,
Saludos
Efra.
A mí me parece que es perfectamente correcto comenzar con ambos párrafos, siempre que les preceda, en un párrafo anterior, lo que corresponde (en el primer caso, “Por un lado […]”, en el segundo caso, un hecho que justifique que después se va a mencionar “Debido a lo anterior”).
en la frase:
Paz: Cultura del encuentro, del diálogo y de la reconciliación.
No es ningún error repetir “de”, si el texto lo requiere, así que no le pongo nombre.
De nada,
Saludos
Según yo, o al menos dentro de lo que yo tengo entendido, debe colocarse la “y” al final de la línea y no al principio de la línea siguiente.
¿Qué podría decirme al respecto?
En esta página no puede encontrar todo. Dudas puntuales como la que propone han de buscarse en alguna Gramática de la lengua, hay en las bibliotecas de cualquier país.
Abrazos.
Tenemos 2 opciones para colocar el texto:
políticas internacionales prioritarias en salud,
bajo los estándares del Consejo de
Salubridad General
y políticas internacionales prioritarias en salud,
bajo los estándares del Consejo de
Salubridad General
De nuevo, gracias por su tiempo y atención.
Saludos.
Yo preferiría la segunda opción, pero es cuestión de gusto.
Pone lo mismo, según me parece. Así que entiendo que ambas opciones son correctas.
Abrazos
Muchas gracias por las felicitaciones.
La frase “Va a hacer calor el día de mañana, por parte de tarde” me parece confusa y innecesariamente larga.
Al inicio, sugiero ahorrar palabras, y poner el verbo en futuro “Mañana hará calor”.
El resto de la frase crea confusión, sugeriría lo siguiente (en caso de que se tenga intención de decir esto, pues no comprendo bien): “según el parte de la tarde”.
En definitiva, toda la frase quedaría así: “Mañana hará calor, según el parte de la tarde“.
Si además quiere usar una palabra correcta pero que se utiliza poco, puede substituir “de la tarde” por “vespertino” (“Mañana hará calor, según el parte vespertino“), pero no sé si muchos colegas le comprenderian igual de bien que si dice “de la tarde”.
Abrazos
Saludos cordiales.
Julio
Comentarios como este tan amable dan sentido al blog.
Un fuerte abrazo.
Leonor
Me encantaría poder ayudar, pero yo cobro por hacer corrección de estilo. Necesita una buena revisión el párrafo para que se pueda entender. Le comento que, como indico en mis apartados de errores comunes, redacción y estilo, el “y/o” no está admitido en nuestra lengua común.
Saludos.
Leonor Zozaya.
Tenga en cuenta que me llueven preguntas de todo el mundo, y que respondo encantada las que puedo, pero cuando me piden trabajar aparte, lógicamente pido remuneración.
Muchas gracias por la comprensión.
Escribo porque tengo un amigo en México que tiene un puesto importante en una empresa internacional. Literalmente me da salpullido cada vez que leo sus correos. El coloca un punto final después de su nombre, titulo de su puesto, nombre de la empresa, etc. Anexo el formato que usa. En reiteradas ocasiones le hecho ver que colocar en el caso al que aludo, colocar un punto final es un error. El insiste en que tiene la razon. Llevamso una buena relacion, es lo que llaman se considera una critica constructiva.
Director Comercial.
Empresa Internacional Importante de México.
Enviado desde mi iPhone.
su colega tiene problemas serios para puntuar, parece haber olvidado las nociones básicas.
Tiene varios usos lingüísticos, donde “recibe distintos nombres, según marque el final de un enunciado, un párrafo o un texto:
He acortado el resto pues creo que con lo expuesto es suficiente para su colega.
Abrazos
Muchas gracias por los piropos a la página, los recibo con agrado.
La forma correcta de decir esas oraciones es uniendo los pronombres al verbo al final: “tengo que irme”; “quiero decirte”.
Así se respeta el orden natural de la frase en castellano: sujeto+verbo+predicado.
En cambio, con las otras formas que propone, se altera ese orden (“te quiero decir”, “me tengo que ir”).
por supuesto que de las últimas formas se entiende, y posiblemente esté admitido, pero no es lo más correcto.
Agradezco su comentario.
En efecto, “en base a” es una expresión incorrecta, mientras que “sobre la base de” es correcta, pero ahora no recuerdo el porqué. Cuando lo recuerde, vuelvo a contestar. Lo siento, Abrazos
Apunté algunos recursos en http://redaccion.hypotheses.org/f-bibliografia.
Existen numerosos libros al respecto. Para profundizar, serviría en general cualquier manual de estilo o una gramática de la Real Academia.
El problema es que suelen ser poco entretenidos, y hablan de mil cuestiones,no se centran en la que interesa personalmente.
Lo ideal para corregir los fallos al hacer un manual de informática –o de cualquier materia– y a la par aprender a corregir los fallos propios para siempre, sería contratar a un corrector de estilo que además enseñe por qué aconseja una u otra sugerencia o por qué corrige algo. Uno corrector profesor, por así decirlo, sería más caro pero infinitamente más efectivo.
Abrazos.
Gracias
Que yo sepa es correcto, cuando el resto la frase es correcta; me explico. Por ejemplo,es correcto decir “El Estado desea poder avanzar en la ciencia”, pero es incorrecto comenzar una charla diciendo “Desear agradecer la invitación” (en vez de “Deseo agradecer la invitación). En el caso del infinitivo introductor (“Desear agradecer”) es incorrecto por que le falta el sujeto, pero no es incorrecto por tener dos infinitivos juntos . Dicho caso está explicado en una de mis páginas, en el apartado 6.
Saludos
Leonor Zozaya
La Real Academia de la Lengua admite el uso de la barra, pues afirma que: “Colocada entre dos palabras, o entre una palabra y un morfema, indica la existencia de dos o más opciones posibles. En este caso tampoco se escribe entre espacios y puede sustituirse por paréntesis”
Personalmente, estoy en contra del uso de la barra en la redacción. Empobrece sustancialmente el texto, mientras que es sencillo omitirla y usar fórmulas desarrolladas.
Saludos.
Leonor Zozaya.
Si se sabe poco de estas cuestiones, recomiendo lo más simple: complicaciones las mínimas, escribir con la máxima sencillez, ideas claras, sobre la base previa de un esquema que luego se desarrollará con las mismas pautas.
Un fuerte abrazo.
Le quería pedir que me recomendara un libro o un estudio sobre el uso correcto de las preposiciones. Tengo problemas a la hora de poner una preposición u otra detrás de según qué verbo. Me gustaría encontrar un libro que, en la medida de lo posible (ya que existen millares de verbos), me dijera por qué algunos verbos solo pueden llevar ciertas preposiciones, como por ejemplo: “inscribirse en”, “adscribirse a”, etc. O por qué en, según qué construcciones, se escoge una preposición y no otra. Siempre leo el apartado de “preposiciones” en gramáticas conocidas, pero no tratan el tema de forma tan minuciosa como me gustaría, tal vez porque les ocuparía demasiados folios. ¿Existe un libro solamente especializado en este aspecto? Si quiere, puede contestarme en esta misma página.
Muchísimas gracias por anticipado.
Es normal confundirse, cuando los medios de comunicación (TV, radio, prensa…) acostumbran a usar mal las preposiciones casi de forma sistemática.
Desconozco un libro únicamente especializado en las preposiciones que despeje todas las dudas.
Leonor Zozaya.
En ciertos casos es correcto, y en otros no. Depende del contexto.
Es correcto por ejemplo en el siguiente caso, en el que se está hablando en presente histórico (que a mí no me gusta, pero existe), y se dice, valga por caso: “En el año 1931, la comisión directiva de la fábrica recurre a mil ideas novedosas para evitar despidos. Al año siguiente, se hace necesario despedir a la mitad de los trabajadores […]”.
En otros contextos es incorrecto, sobre todo, cuando se puede evitar si se usan otros más apropiados; además, en muchos casos se ahorrarían palabras. Valga por caso la siguiente frase: “Para aprobar, se hace necesario estudiar la asignatura”. En este caso, nada aporta la expresión, alarga la frase innecesariamente y, si después resulta necesario usar el verbo hacer, quedaría redundante. Sería mejor sustituirlo directamente por “es”, de forma que quedaría así: “Para aprobar, es necesario estudiar”.
Saludos cordiales.
Leonor Zozaya.
Yo no soy especialista en el tema telemático, pero se me ocurren algunas consideraciones al respecto.
El Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia de la Lengua Española no reconoce por ahora el uso que usted indica en las mayúsculas. Pero sí hay un consenso común en la comunidad internacional de usuarios que dicta que las mayúsculas significan que está gritando.
Por tanto, si tiene problemas de lectura, puede advertir de su problema para escribir por ejemplo en contextos informales. Pero en contextos formales, por ejemplo laborales, yo nunca recomendaría usarlas sistemáticamente; sólo las utilizaría cuando corresponde según la RAL, para escribir correctamente.
Una solución más propia es aumentar con el “zoom” el tamaño de las minúsculas, o con letras de tipo mayor que el que usa.
Espero que le sirva de alguna ayuda.
Un abrazo.
gracias por las sugerencias dadas al otro colega.
En cualquier caso, es un error ortográfico escribir todo con mayúsculas.
Saludos
En nuestro caso-yo soy recepcionista de un equipo de trabajo-cuando nos enviamos escritos en mayúsculas o en negrita es simplemente para dar a entender que estamos tratando un tema de vital importancia(por ejemplo “NO DIGAS QUE NO a una visita antes de averiguar si está la persona con la que quieren hablar” es simplemente para recordarnos que no debemos recurrir a la negativa por sistema, no es que el jefe nos esté chillando por haberlo hecho. Lo mismo sucede en el caso de recordarnos, por ejemplo, que hemos de recoger un importante pedido “EL PAQUETE AZUL DEL SÓTANO” para dar a entender que es ese paquete y no cualquier otro si hay, por ejemplo, un paquete rojo en el altillo para que no nos equivoquemos de caja). Si hubiéramos querido gritarnos encerraríamos la frase entre varios signos de admiración y alargaríamos la palabra(¡¡¡¡¡ERES UN PERROOOOOO!!!!!). La ética del grupo en concreto puede acompañar a la comunicación escrita según cómo y cuándo.
En efecto, todo depende siempre del contexto en que se hallen el emisor y del receptor.